Luego de ver los 6 capítulos de “Rompan todo” el documental de Netflix sobre la historia del Rock en Latinoamérica, es posible dividir el documental en 3 etapas:
1. Las raíces del movimiento del rock en USA y UK, las bandas icónicas y los momentos que impactaron en la cultura musical latinoamericana con énfasis en México y en segundo lugar Argentina.
2. Analiza el rock latinoamericano “a dos tambores” según la visión de Gustavo Santaolalla, en la que la México y Argentina constituyen el eje central, tocando de forma periférica a Uruguay, Chile, Perú y Colombia e ignorando al resto de Latam, según esta visión todo lo que pasó con el rock en español en los países de Centroamérica, el Caribe y Brasil es un reflejo de la música tocada “a dos tambores” desde México y Argentina.
3. Una última parte en que se trata de hacer un puente entre el rock en español y la música urbana, que por no tener un enlace “orgánico” con el resto de la propuesta del documental, más parece un intento por mover el interés de la gente hacia ese género por algún enfoque comercial.
Es evidente que el productor se decanta por las bandas con las cuales tiene relación y con los sellos que tienen los derechos de venta de su música, ignorando a propósito a las bandas importantes para el movimiento de rock latinoamericano que no forman parte de su circuito comercial.
A su favor debe decirse que trata de tocar transversalmente el movimiento rock en los países analizados a la luz de la situación política y social de la época, lo cual es un acierto ya que la música se nutre del contexto en el que crea e interpreta.
Merece mención especial, por la inexcusable omisión realizada, el no mencionar el notable aporte al movimiento de rock latinoamericano de la banda Oceano, pionera del rock en español panameño que se fundo en 1981, en 1982 lanzo su primer sencillo (dos años antes que Soda Stereo lanzara su primer disco en 1984) y realizó su primera gira internacional en 1988 compartiendo tarima en México con Flans y Caifanes icónica banda de rock mexicano prácticamente ignorada en “Rompan Todo”, y en Colombia con Los Toreros Muertos, Los Prisioneros y Miguel Mateos en el que se considera el “Concierto de Conciertos” realizado en el estadio “Nemesio Camacho-El Campín” de Bogota y es considerado como el “Woodstock colombiano”.
Aunque el documental no es objetivo por los motivos antes expuestos, la visión que aporta es una aproximación al rock latinoamericano que debe ser complementada de forma más objetiva, buscando el espacio para darle viabilidad comercial sin perder la fiabilidad de su contenido y propuesta.