Origen y Evolución Musical
Teresín De Jesús Jaén, nació en la Ciudad de Las Tablas, corregimiento de Palmira, provincia de Los Santos, el 23 de Junio de 1942. Posteriormente, su familia se trasladó al corregimiento de Sesteadero en dónde aprendió a tocar el acordeón. El arte musical lo heredó de su abuelo paterno Teresin Jaén, quien fue un experto violinista, y que desde muy temprana edad tocaba el acordeón con facilidad.
Teresín practicaba con el acordeón de su hermano Salvador. Las primeras canciones que tocó fueron “Me voy con Soledad” y “Comiendo Caramelos”, muy famosas durante su infancia y adolescencia. Tocaba la churuca en el conjunto de su hermano Salvador Jaén y tuvo su primer encuentro con el público en el pueblo de Quindi, distrito de Pedasí, a finales de la década del 50. Esto se dio debido a que, en ese entonces, su hermano sufrió un percance al caerle una partícula en el ojo, causándole una reacción alérgica, lo que le impidió atender dicho evento. Ante esta situación, Teresin deja la churuca, toma el acordeón y amenizó el baile durante toda la noche.
A los 17 años de edad, en 1959, Teresin decide tomar el camino de la música en lugar del de la agricultura e inicia su carrera profesional musical, siendo su primera gran presentación en Calle Arriba de Las Tablas, durante el Carnaval. Luego funda su conjunto al que llamó “Alma Interiorana”.
Desarrollo de su estilo y producción musical
Con la ayuda de Salvador Medina y “Papito” González, logra que Agustín “Tincito” Decerega, propietario del Club Santeño en la ciudad de Panamá (ubicado frente a la emisora “La Voz del Pueblo”, cerca de calle 17), le permitiera realizar una presentación en su jardín en la década del 60, la cual fue lleno completo. A partir de allí, Teresin toca sus presentaciones en el Jardín La Pollera, en los toldos de la avenida Central, en Calidonia; y en el Club Santeño. Sus presentaciones se caracterizaban por el éxito en taquilla y los llenos completos, de allí su apodo “El Taquillero”.
Hace su primera presentación musical para todo el país, en la ciudad capital, a través del programa “Monte Adentro” dirigido por Rodrigo Rodríguez y Antonio “Toño” Díaz, en la emisora Ondas Istmeñas, entonces ubicada en el edificio IBM en la Avenida México y Calle 33.
Según nos dice el notable folclorista y compositor Antonio:
“Toño” Díaz: “desde sus inicios, Teresin se caracterizó por ejecutar un ritmo diferente, como una especie de picado y brincadito, que lo hizo rápidamente conocido entre las masas populares las cuales lo distinguieron con los apodos de “El Zurdito de Oro”, “El Taquillero”, y “El Rey”, elevándolo al salón de la fama de la música típica nacional”.
Compadre y amigo personal de Don Rodrigo Escobar Tamayo, Teresin Jaén grabó con el sello Tamayo más de 580 canciones lanzadas en discos de 45 revoluciones por minuto, Long Play y Discos Compactos.
Muchos de sus temas son considerados clásicos de la música típica panameña, como “Quiéreme como yo te quiero”, conocida en el interior como “La Cocorocha”, y su primer disco de 45 revoluciones por minuto, con los temas “Borracho y Amanecido” y “Rosa” (dedicado a su madre), del cual se vendieron más de 20 mil copias, un récord en los años 70.
Teresín recuerda que su música se caracterizaba por tener poca participación de la saloma femenina, ya que su canto gustaba mucho. “…Yo fui el primero que cobró 3 mil dólares por una noche de baile en la década del 70”, decía con orgullo.
Teresin Jaén un hombre sencillo, sensible, sentimental, tímido y generoso, fue el creador de un estilo musical que impacto para siempre el gusto musical de los panameños, quienes en cada presentación de “El Taquillero” llenaron a máxima capacidad los mayores salones de baile de Panamá. Sus canciones ocupan un lugar importante en el salón de la fama de la música panameña. Fue un gran bohemio que amaba la música, la campiña, el folklore y la parranda.
Murió el 8 de agosto de 2004, en un accidente de tránsito al ser arrollado frente a la casa del folklore en Las Tablas, por un vehículo que transitaba la recién inaugurada vía las Tablas – Pedasí; dejando tras de sí un legado musical que vive por siempre en el alma y el corazón de sus miles de seguidores como tributo a la gloria del rey del acordeón.